Pensamiento verde

06/02/2010
Mira uno el proyecto del área de esparcimiento del monte Arraiz y se acuerda de Blas de Otero: «Denso Bilbao que persistes en todo tiempo en mi acento y mis gestos, en mi terquedad de hacernos los dos más humanos, más justos, más parques». El poeta escribió esas líneas a finales de los sesenta. Desde entonces, la ciudad ha mejorado en humanidad y justicia. También en parques. Ahí están Etxebarria y Amézola y Kobetamendi y el parque Europa. No está mal para un lugar en el que hace no demasiado el oxígeno lo tomábamos siempre con doble de sulfato.

Cambian los tiempos y las ciudades no aspiran sólo a ser lugares donde la gente pueda ganarse la vida. Se trata de que esas vidas tengan también calidad. La calidad de vida es un concepto relacionado con parques, jardines, muñecos de nieve, bicicletas y todas esas cosas que tienen en Vitoria. Aunque algo tarde, en Bilbao nos hemos subido al carro. Por eso es una buena noticia que la ciudad vaya a contar con 34 nuevas hectáreas para el ocio en el monte Arraiz.

En las nuevas instalaciones habrá un poco de todo: juegos, mesas, asadores, un mirador e incluso una playa verde con duchas. Todo tiene un escalofriante aire campista, pero no hay que ser puntillosos. Al nuevo paraíso del ocio forestal podrá llegarse en transporte público. Luego allí todo será cosa de tomar el sol, asar chorizos o dar un largo paseo, que es una actividad de la que aprendemos a disfrutar cuando nos hacemos mayores y maduramos, o sea, cuando le vamos cogiendo miedo al mundo.

Yo creo que es bueno que Bilbao vea en los montes que la rodean más una oportunidad que una barrera. Suele llamarles la atención a quienes nos visitan que desde el centro de la ciudad pueda verse de pronto una colina. Aprovechar esa peculiaridad es inteligente y demuestra que hemos aprendido algunas lecciones. Por ejemplo que un parque no es un solar en el que falta una fábrica y un niño pobre que se columpia no es una colada de acero desatendida. Fue dejar de respirar sulfatos y comenzar a pensar más claro, la verdad.

http://www.elcorreo.com/vizcaya/v/20100206/vizcaya/pensamiento-verde-20100206.html